Antes de que el universo naciese ya existía algo perfecto y sin forma.
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la Madre del universo.
A falta de un nombre mejor,
yo lo llamo el Tao.
Lo llamo grande.
Grande e ilimitado;
ilimitado, porque fluye eternamente;
siempre fluyendo y permanentemente retornando.
Así, el Camino es grande,
el cielo es grande,
la tierra es grande, las personas son grandes.
Hay que comprender cómo es la tierra para conocer a la humanidad.
Y para conocer la tierra, comprender cómo es el cielo.
Para conocer el cielo, comprender cómo es el Camino.
Para conocer el Camino, comprender la grandeza que hay en tu interior.
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